En 40 años, Miami-Dade no ha cambiado la forma más básica de protección contra las inundaciones: la altura mínima para construir cosas como vías y casas nuevas.
Ahora, una nueva propuesta pudiera casi duplicar esa norma, un cambio drástico que refleja dos realidades inevitables: el ascenso del nivel del mar supone una amenaza cada vez más inminentey adaptarse a ella aumentará los costos de construcción.
Una nueva altura mínima de seis pies para las vías, los muros de contención, las orillas de los canales y los terrenos parece elevada, pero el impacto visual será probablemente menor en todas partes, excepto en las zonas más bajas del condado. Los costos de este cambio, si la Comisión de Miami-Dade lo acepta, no están claros. Eso se pudiera agregar a una comunidad asfixiada por la crisis de vivienda asequible y que también enfrenta un futuro de inundaciones más frecuentes.
“Es una medida de resistencia”, dijo Marina Blanco-Pape, directora de la División de Gestión del Agua del Departamento de Gestión de Recursos Ambientales de Miami-Dade (DERM). “La idea es que se construya a una altura suficiente para que con una tormenta catastrófica en 2060 no haya inundaciones”.
Pero al igual que la mayoría de las medidas para construir un edificio seguro, como techos o ventanas más resistentes, el gasto puede ser elevado. Howard Nelson, jefe de la práctica medioambiental del bufete de abogados Bilzin Sumberg, de Miami, dijo que añadir un pie de relleno a un terreno de un cuarto de acre en Miami-Dade pudiera costar entre $3,000 y $5,000. Para los urbanizadores que trabajan con extensiones de terreno mucho más grandes, pudiera ser un impacto significativo.
“No quiero restar importancia al concepto de que elevar la altura de las vías y los diques es importante para protegernos del aumento del nivel del mar pero tiene algunos costos”, dijo.
Técnicamente, la propuesta del DERM aumentaría la elevación mínima de 3.45 pies a seis pies NAVD88. Eso significa North American Vertical Datum, una métrica fija nacional usada por los topógrafos, ingenieros y otros para determinar la elevación usada en lugar de “nivel del mar”, la cual está cambiando debido al cambio climático.
El DERM trazó un mapa de lo que sucedería si una tormenta fuerte golpeara Miami-Dade en 2060, cuando los cálculos sugieren que el condado verá alrededor de dos pies de ascenso en el nivel del mar. Gran parte del condado, incluidas las zonas interiores y occidentales, se inundarían a su altura actual, pero no tanto si todas esas estructuras estuvieran dos pies más altas.
Blanco-Pape dijo que los investigadores analizaron la marea de tormenta que Miami-Dade experimentó con el huracán Irma, que empujó seis pies de agua de tormenta a la costa en el extremo sur de la Bahía de Biscayne y cuatro pies a las áreas del norte, más urbanas.
“Así es como llegamos a seleccionar esos seis pies NAVD88, porque pensamos que nos daría la protección adicional debido a los impactos de la marea de tormenta impulsados por la elevación del nivel del mar”, dijo.
Otro factor es el agua subterránea, que también está subiendo junto con el nivel del mar. Durante el octubre promedio actual, un período en el que hay más lluvia y mareas, un análisis de 170 pozos en Miami-Dade descubrió que las aguas subterráneas alcanzaban una altura máxima de 5.71 pies NAVD88, aunque la altura promedio era de poco menos de dos pies NAVD88.
Blanco-Pape dijo que su equipo tiene previsto presentar la propuesta a la Comisión de Miami-Dade en algún momento en los próximos meses, y los comentarios públicos sobre los nuevos criterios de inundación se cerraron a finales de enero.
Si esta norma se aprueba, las estructuras y los edificios existentes no se verían afectados, solo las nuevas construcciones o renovaciones importantes.
Cualquier casa o edificio que realice “mejoras sustanciales” que afecten el 50% o más del valor de la propiedad, estaría obligado a cumplir las nuevas normas, exactamente como estaría obligado a cumplir con la versión más reciente del código de construcción.
Pero incluso en los casos en que aplique, los modelos del condado muestran que el nuevo estándar no supondría que miles de edificios de todo el condado tuvieran que elevarse de forma drástica. Esto se debe a que la mayoría de los terrenos ya están bastante cerca del requisito de seis pies propuesto, o incluso por encima.
Blanco-Pape dijo que el cambio de elevación promedio en la zona no incorporada de Miami-Dade es de alrededor de dos pies, aunque algunas propiedades muy bajas podrían ver más.
“Si usted observa, en todo el condado podría haber algunas propiedades específicas que se verán más afectadas, pero no estamos hablando de nada que de repente creó un requisito de construcción de cinco o seis pies”, dijo.
Prácticamente no hay cambios en las propiedades situadas en la cresta costera de terreno elevado que recorre el centro del condado, y al oeste de esa cresta el cambio promedio es de menos de un pie, según los cálculos del condado. Las zonas costeras y el sur del condado experimentarían un cambio promedio de dos a tres pies.
Si se aprueban, los nuevos estándares aplicarán a todas las zonas no incorporadas del condado y a cualquier municipio que cite específicamente los criterios de inundación del condado en su código, como la ciudad de Miami. Aproximadamente un tercio de los municipios de Miami-Dade se verían directamente afectados por este cambio.
Esto no afecta a las antiguas normas que guían la altura a la que deben construirse los edificios o las casas, comúnmente conocido como elevación de la inundación base (BFE). Ese número es establecido por el Programa Nacional de Seguro contra Inundaciones, y el Código de Construcción de la Florida añade otro pie obligatorio. Algunas ciudades (como Miami Beach) permiten a los constructores subir aún más para estar más seguros en caso de tormentas e inundaciones.
La elevación es un componente clave del plan de Miami-Dade para hacer frente al efecto del aumento del nivel del mar, que se espera que suba unos dos pies para 2060. Visualmente, eso se parecería a las grandes mareas anuales con las que los habitantes del sur de la Florida están acostumbrados a lidiar cada otoño.
Eso pudiera poner en riesgo más de 12,000 viviendas y $6,600 millones en valor inmobiliario, según un análisis de Climate Central.
La estrategia de Miami-Dade sobre el aumento del nivel del mar se centra en alejarse del agua en ascenso y elevarlo todo.
Estos nuevos criterios de elevación ante las inundaciones abarcan partes del rompecabezas que están bajo el control del condado: los muros de contención, la altura de las orillas de los canales, las vías y los rellenos, la altura de piedra añadida a una propiedad antes que se construya un edificio en ella. Del Schwalls, consultor y director del sureste de la Association of State Floodplain Managers, dijo que los condados costeros en la Florida y otros lugares están aprobando medidas similares para contrarrestar la invasión del mar.
“Es parte de una conversación que se inició hace tiempo”, dijo. “Al reconocer que los riesgos de inundación están aumentando a lo largo de las costas, es imperativo que las comunidades revalúen si los requisitos reglamentarios que han tenido son suficientes”.
Elevar las orillas de los canales y los diques ayudará a proteger las propiedades cercanas de las inundaciones, pero a Schwalls le preocupa que el añadir más piedra y tierra a las propiedades pudiera causar problemas a sus vecinos, sobre todo porque el ascenso del mar hace que las inundaciones sean más frecuentes.
“Añadir más relleno en la llanura de inundación es problemático. Aunque el edificio que se erija podrían ser más seguro, esas aguas de inundación se desvían a otro lugar y se convierten en el problema de otra persona”, dijo.
Los profesionales del sector de la construcción se escudan en las normas del código de construcción estatal, que exigen que las propiedades se hagan cargo de cada gota de lluvia que caiga en su propiedad y aseguren que no inunde a los vecinos.
Nelson, que representa a los urbanizadores, también señaló una preocupación que ya afecta a lugares como Miami Beach, que elevó las vías antes que las viviendas o los edificios. Elevar algunas partes de un barrio antes que otras puede conducir a una distribución desigual del riesgo de inundación para las partes que se quedan rezagadas.
“Ese mosaico se igualará en los próximos 50, 60 o 70 años, pero es un camino difícil de recorrer”, dijo Nelson. “No hay duda de que tendremos que elevar la altura de nuestras comunidades, pero tenemos que hacerlo de forma integral”.